A veces nos encontramos con pacientes a los que les gustaría hacerse algún tratamiento estético pero les da un poco de miedo empezar por que se ven demasiado jóvenes.
Sin embargo, a partir de los 30 años podemos perfectamente comenzar con un tratamiento preventivo. Es un tratamiento en el que se aprovecha la posibilidad de regenerar la propia piel sin tener que llegar a un tratamiento de volúmenes, es decir, un tratamiento que requiere restablecer la piel envejecida para recuperar el tono perdido.
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La mejor terapia regenerativa de que disponemos ahora mismo es el tratamiento con plasma rico en factores de crecimiento. Mediante el que aprovechamos el plasma extraído de la propia sangre del paciente y lo inyectamos bajo anestesia en forma de crema dentro de la dermis. Así conseguimos que el plasma regenere la zona donante y mejore mucho la vascularización y el aporte de nutrientes y oxígeno en la piel. El resultado es una piel más luminosa y más tersa.
Existen otros tratamientos de Medicina Estética preventiva como la mesoterapia con ácido hialurónico no reticulado y vitaminas. Esta terapia revitalizante aporta principios activos que con la edad la piel va perdiendo como el ácido hialurónico no reticulado. Que es una pequeña molécula que es hidroscópica, capaz de absorber y retener agua en la piel. Si añadimos otros factores como vitaminas o polipéptidos es otra posibilidad de tratamiento regenerador que podemos perfectamente combinar con el tratamiento de plasma rico en factores de crecimiento.
Ambas terapias son perfectamente combinables para prevenir el envejecimiento cutáneo si se empieza desde los 30 años. Sin embargo, si se comienza con una edad más avanzada habría que sumar un tratamiento más nutrido. Pero en general ambas terapias son recomendables en toda la franja de edad de los pacientes que nos están consultando hoy en día.
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Para completar, el tercer tratamiento preventivo podría ser el peeling químico. El peeling químico que, a diferencia de la mesoterapia que actúa en la profundidad de la piel, actúa en la superficie. Utilizamos un cóctel de ácidos que mediante un pincel se aplica sobre la superficie de la piel originando una quemadura controlada y a continuación el paciente se descama. Esta descamación se produce durante los siguientes tres o cuatro días tras el tratamiento.
El resultado es una piel nueva y regenerada con un aumento notable de la luminosidad de la piel y su tersidad. Además, quitamos las células muertas y en el caso de que el paciente se realice varias sesiones de peeling también es posible que actúe en más profundidad y mejore bastante la colagenogénesis y la generación de elastina nueva con lo cual conseguimos una regeneración completa de la superficie de la piel.
Podemos distinguir entre diferentes peelings según la necesidad de cada paciente. Tenemos peelings especiales para las pieles acneicas, para las pieles con manchas solares y para las pieles envejecidas dependiendo de la patología del paciente. Según el tipo de ácido escogido y de la profundidad se aplica un tipo de peeling u otro con el objetivo de generar el resultado que buscamos.
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